martes, 23 de junio de 2015

Agua madre


Nacer bajo las aguas. Interrumpir el letargo. Todo es oscuro en las profundidades: nácar negro, escamas incoloras, el roce de las algas palpitantes. Todo es oscuro, liviano y silente. Nocturno. Olvidé las voces de los marineros muertos.


Nacer bajo las aguas. Mis párpados de mujer ahogada siguen cerrados, pero escucho el eco ingrávido de la tormenta. Allí arriba son otros los que temen el diluvio. Mi cuerpo es de salitre y espuma como el deseo, como el habla cuando deja de decirse. 

No tengo frío. Sólo en la tierra se duerme con frío. Acabo de nacer y mis labios saben a arrecife, el ritmo del agua es el ritmo de la sangre. Un buque se oculta en la noche submarina, huesos de todos los mares surcados, huesos mudos y rostros de coral. Nacer bajo las aguas es nacer siendo náufraga. Olvidar la estela. Ser sólo agua. 

El mar es la placenta del sueño.


Este poema es uno de los que componen el fanzine Seremos onironáutas, editado por Agnes M. Las voces que lo habitan son voces espectrales, voces del otro que somos cuando dormimos, voces-conjuro, palabras náufragas. Podéis conseguirlo aquí.  

3 comentarios:

  1. No recuerdo quién lo dijo, aquello de "el mar dará a cada hombre una esperanza, como el dormir le da sueños"

    Me gustan los versos que celebran la épica del océano, o que encuentran sentido en el vacío de su naturaleza. Creo que aquellos que hemos vivido cerca del mar compartimos dicha debilidad, nos entregamos con placer a su metáfora.

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  2. Qué preciosidad de texto, esa "humedad" tan inherente al parto también,a las aguas,a lo resbaloso,a lo caliente..Maravilloso..en serio...

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  3. El mar es la placenta del sueño.

    PRECIOSO se queda corto. Un placer compartir espacio contigo :)

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